En los autos caratulados “S.A.M c/OSDE s/Amparo de salud”, se hizo lugar a la demanda interpuesta y se condenó a OSDE a brindarle a la Sra. A.M.S. la cobertura de internación en una determinada institución geriátrica por el tiempo que prescribiera su médico tratante, con más la cobertura integral de la medicación necesaria.

La demandada se consideró agraviada principalmente porque “la amparista se encuentra en una institución geriátrica que, por sus características, no es apta a los fines de su rehabilitación sino que sólo satisface las necesidades de vivienda, alimentación, cuidados y esparcimiento de las personas en ella alojadas”. En tal sentido, manifestó que “su internación en un geriátrico en nada se relaciona con el cuidado de su salud. Indica que no le corresponde cubrir la prestación de internación geriátrica, ni siquiera al valor fijado por el nomenclador prestacional”.

Sin embargo, observó la Sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones Civil y Comercial Federal que de las constancias médicas y el certificado de discapacidad agregados en la causa “la internación de la paciente resultaba justificada en función de su cuadro de salud, para un cuidado y seguimiento continuo, no resultado argumento suficiente la existencia de familiares continentes”.

Bajo tales lineamientos, recordaron los jueces “que el derecho a la vida y su corolario, el derecho a la preservación de la salud, tiene a su vez directa relación con el principio fundante de la dignidad inherente a la persona humana, soporte y fin de los demás derechos humanos amparados y además aquel derecho encuentra adecuada tutela en los modernos ordenamientos constitucionales y en los instrumentos regionales y universales en materia de Derechos Humanos”.

En tal sentido, el fallo dictado el 27 de febrero por los Dres. Antelo, Recondo y Medina confirmó la decisión apelada en cuanto a la obligación que pesa sobre la demandada de hacer frente a la internación de la actora en el geriátrico recomendado.