La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, decidió condenar a un hombre a indemnizar a una mujer que había sido víctima de un ataque efectuado por parte de sus perros. De esta manera, los camaristas dejaron sin efecto la sentencia de primera instancia, e hicieron lugar al reclamo interpuesto por la damnificada. Los miembros de la Sala F, en los autos caratulados “Singer, Aurora Sofía c/ Aramburu, Juan Carlos s/ daños y perjuicios” , decidieron condenar al demandado al pago de una indemnización cercana a los 50 mil pesos más los intereses. Tal monto, es en concepto de incapacidad sobreviniente, tratamiento psicológico, daño moral y daño emergente. En relación al lucro cesante, tal reclamo efectuado por la actora fue desestimado por el tribunal. En primera instancia, la demanda presentada había sido rechazada por parte del magistrado allí interviniente, por considerar que no se pudo comprobar que fuesen los perros del demandado los causantes del daño denunciado. Luego de que fuese presentada la apelación por parte de la actora, los camaristas, disintieron con el juez de primera instancia, en relación al análisis del testimonio de uno de los testigos, ya que aquel, había afirmado que como se trataba de un amigo de la actora, sus declaraciones debían ser analizadas de una forma más estricta. Los camaristas, expresaron que no basta para privar de eficacia probatoria los dichos del testigo, por el sólo hecho de que el mismo fuese amigo de la actora. Según los camaristas, lo expuesto por el testigo, era suficiente para poder acreditar que el ataque hacia la actora, fue efectuado por perros propiedad del demandado. Los letrados, hicieron aplicación en el presente caso de lo contemplado en el artículo 1124 del Código Civil. En dicha normativa, se establece la responsabilidad del propietario del animal por los daños que el mismo causare. A su vez, para tomar su decisión, los camaristas resaltaron que el demandado no produjo ninguna prueba para su defensa, sino que sólo se limitó a negar los hechos.