La Mujer en la Abogacía: la Difícil Tarea de Conjugar la Familia y la Profesión

Tres socias de importantes estudios de la city cuentan su experiencia a cargo de distintos departamentos dentro de un estudio jurídico. El trato con los clientes y pares. Y cómo lograron ganarse su lugar en un ámbito machista por excelencia

 

Hasta no hace mucho tiempo, las mujeres no podían ser abogadas.

 

De hecho, recién en 1910 se recibió la primera mujer abogada en la Universidad de Buenos Aires. Si bien desde entonces, la situación mejoró mucho -tanto en la abogacía como en el resto de los ámbitos profesionales- quedan muchos retos por superar.
 
La mujer, como abogada, se enfrenta a dificultades a la hora de desempeñar su profesión y debe trabajar a diario en un mundo diseñado por y para hombres.

 

La cantidad de socias en estudios jurídicos es considerablemente menor, lo mismo ocurre con los gerentes de legales de empresas, hasta hay diferencias en los salarios que, para el caso de las mujeres, en muchos casos son menores.

 

Si bien esta parecería ser una problemática relacionada con sociedades menos evolucionadas, las estadísticas revelan con claridad que en Estados Unidos, por ejemplo, el porcentaje de abogadas que llega a ser socias de una firma es todavía significativamente bajo con respecto al de mujeres que trabajan en ella.

Esto se encuentra íntimamente relacionado con la desigualdad de ingresos y oportunidades de desarrollo profesional que esta situación genera.

 

“La limitación del progreso profesional para las mujeres dentro de las estructuras más tradicionales de los estudios jurídicos da cuenta del notorio éxodo de las abogadas hacia los departamentos legales de las empresas, donde encuentran un ámbito más amigable con sus necesidades familiares y logran alcanzar puestos de decisión desde donde promueven a su vez profesionalmente a sus pares” indicó Susana Saenz,  a cargo de las Relaciones Institucionales en el Estudio Beretta Godoy.

 

En este sentido, coincidió Carolina Zang, socia de Zang, Bergel & Viñes, quien sostuvo que si vemos las estadísticas, en los niveles junior de abogado, los porcentajes están muy parejos. Casi 50% son mujeres.

 

A medida que vamos avanzando en la carrera de estudio, vemos menos mujeres y más hombres. Por ello, a la hora de pensar en los candidatos a socio, es como si las mujeres desapareciéramos del pipeline”, agregó.

 

Probablemente –sostuvo Zang- haya un factor natural que es la edad: cuando las mujeres ingresamos a los estudios, la mayoría no está en pareja ni tiene hijos. Y a medida que nos vamos haciendo más senior, también en general encaramos la maternidad.

 

La norma –indicó Zang-  es que en los estudios se trabajan muchas horas. Y esto obviamente no es compatible con hijos chicos. Por eso, a la edad de ser socio, en general hay más abogados que abogadas senior levantando la mano para ganarse el puesto.

 

Ahora bien, “esto no quita que a los abogados no les pese perderse horas de sus hijos. Yo creo que es difícil para todos. Y entiendo que las realidades cambian, y los estudios no son ajenos a estos cambios”, agregó la abogada que está a cargo del área de Mercado de Capitales & Finanzas y lidera además el equipo de Marketing y el trabajo Pro Bono.

 

En la gran mayoría de los casos, hoy, ambos miembros de la pareja son profesionales y trabajan, cosa que probablemente no sucedía en la época en la que se fundaron las firmas más tradicionales de la city.

 

Mercedes Balado Bevilacqua es socia de Beretta Godoy, tiene 38 años, trabaja en el estudio desde junio 2007 cuando la convocaron para hacerse cargo del área de derecho laboral y desde junio del 2009 es socia.

 

“Desde que ingresé encontré mucha predisposición e independencia y lugar para manejar el área laboral, me sentí súper respaldada por los socios. Fue rápido y sorpresivo el nombramiento, no lo esperaba”.

 

Hace quince años que se dedica a la profesión y en trabajos anteriores, a la hora de desarrollar y desplegar su actividad en el área del derecho laboral -teniendo en cuenta que este sector está muy vinculado a los hombres- siempre se encontraba con obstáculos, por una cosa u otra se le dificultaba crecer y desarrollarse en el área e impensado creer que podía llegar verdaderamente donde está hoy por hoy.

 

“Trabajé dos años en los que me dediqué a arbitraje internacional, para la Procuración del Tesoro, fue como un recreo porque pensé que en el derecho laboral no iba a poder seguir creciendo. Hasta que apareció la propuesta de Beretta Godoy y sentí que las mujeres éramos igual que los hombres y que las posibilidades de crecer eran las mismas”, expresó Balado Bevilacqua.

Ganarse su Lugar: la Receta

 


Con respecto al espacio que tienen las abogadas dentro de los estudios jurídicos, María Alejandra Santurio, socia de Basílico, Santurio & Andrada Abogados, precisó que no ve que exista discriminación alguna con respecto los pares varones, más allá de ciertas postergaciones o limitaciones que conllevan nuestras elecciones personales o la propia maternidad.

 

“En cuanto al modo de ejercer la profesión y  encarar negociaciones, pienso que la mujer no debe perder su natural femineidad  y características propias que la diferencian de los hombres, sino todo lo contrario”, explicó.

 

En ese sentido, agregó Santurio que una mujer segura de quién es y de sus capacidades, no debe temer a que perciban su actitud conciliadora como sinónimo de debilidad.

 

“Por el contrario, muchas veces tal actitud resulta muy efectiva a la hora de aportar soluciones”, indicó la socia de Basílico, Santurio & Andrada.

 

En definitiva, si bien existen diferencias entre ambos sexos, las mismas son complementarias y no deberían generar actitudes discriminatorias. “Lo importante es la capacidad y personalidad del profesional, no su sexo”, sostuvo Santurio.

 

Zang explicó que si bien existen tantas realidades como mujeres, sin perjuicio de ello, considera que no es fácil, pero cree que cada vez más el ejemplo que “se puede si una quiere” va in crescendo. “Entiendo personalmente que es una cuestión más ligada al querer que al poder”.

“Creo que hay que tener la actitud correcta para crecer, mostrar nuestras capacidades, generar relaciones con colegas, tratar de buscar los estudios o empresas en los que se fomente la diversidad y también, en la vida personal, tener una pareja que nos apoye en nuestra decisión de crecer profesionalmente. Esta última, es casi "la receta"”. 

 

Un Delicado Balance

 

Santurio  ingresó BSA cuando todavía era estudiante de Derecho y, al recibirse en marzo de 1992, se desempeñó en el Departamento de Litigios en el que se dedicó durante 5 años principalmente a cuestiones contencioso- administrativas.

 

En 1996 realizó un cambio de área e ingresó al Departamento Corporativo, donde se dedicó principalmente al asesoramiento comercial, especializándome en M&As, telecomunicaciones y la industria farmacéutica.

 

En el año 1997, si bien estaba en carrera para ser socia, tuvo a su primer hijo y sus energías estaban claramente apuntadas a otros objetivos. “Es por ello que recién en el año 2003, llegó mi nombramiento como socia, precisamente cuando mi tercer hijo tenía  un año. Hoy ya tienen  14, 12 y 9”.

 

“Si bien el equilibrio entre la profesión  y las funciones de madre han sido especialmente difíciles cuando mis hijos eran más chicos, el balance pudo ser posible gracias a la ayuda que siempre he tenido de mi marido y familia” explicó la abogada.

 

Sin ese apoyo y cierta flexibilidad horaria -que le permitieron estar presente en los eventos escolares y sociales de mis hijos-, indicó Santurio, el ejercicio profesional y la carrera dentro del estudio hubieran sido muy difíciles.

 

Es más, “creo que sin ello nunca hubiera podido manejar la culpa ni las exigencias -a veces  ineludibles y otras auto impuestas-  vinculadas  al bienestar y educación de los chicos”, expresó.

 

Desde hace más de 12 años que en Zang, Bergel & Viñes fijaron algunas políticas de Relaciones Humanas para hacer la maternidad compatible con la carrera.

 

Denise Cancián, a cargo de Relaciones Institucionales del estudio dijo que entre otras se encuentran: flextime, trabajo por objetivos y proyectos, vacaciones extra pagas por el estudio, licencias de maternidad extendidas, y lo más importante “hemos hecho grandes esfuerzos porque no se no se castigue en términos cualitativos la carrera profesional”.

 

“Creemos que la diversidad es clave para la creatividad y la eficiencia de los equipos de trabajo. Tenemos profesionales de diferente género, edad y background”, agregó.

 

En esa línea, sostuvo, que son concientes de que la empresa tiene que ofrecer las condiciones para que todos se desarrollen profesionalmente sin sacrificar su vida privada.

 

Desde Beretta Godoy que fue distinguido este año por Euromoney Legal Media Group como Best Law Firm for Women in Business Law en Argentina, también expresaron que mantienen políticas flexibles.

 

“Ya sea que se trate del abogado, pasante o asistente como ser humano, no puede escindirse la parte laboral de la personal, tratamos como estudio jurídico, más allá de la diversidad de entender al aspirante como un ser humano en su conjunto”, explicó Balado Bevilacqua.

 

En ese sentido explicó la socia que si las circunstancias lo requieren se puede trabajar desde la casa. No es necesario tener una política por escrito para hacerlo.

 

“Entendemos que si el trabajo está organizado y no hay ninguna urgencia y alguien tiene una necesidad personal de no venir tratamos de hacérselo posible, porque mas allá de las aptitudes profesionales nos interesa su persona”.

 

Respecto a la maternidad, Saenz explicó que no todas las mujeres la toman de la misma manera, para muchas el nacimiento de un hijo pasa a ser un hito y otras quieren reincorporarse ni bien cumplida su licencia.

 

Así, explicó que en Beretta Godoy analizan caso por caso, no hay ninguna política escrita, buscan encontrar el equilibrio para que se sientan productivas y al mismo tiempo felices.

 

Diversidad: el Gran Objetivo

 

Desde los estudios coinciden en destacar que  tanto ellos como las empresas son los que tienen que crear las condiciones necesarias para que las mujeres se queden, crezcan y puedan desarrollarse profesionalmente sin sacrificar su vida privada.

 

“La diversidad es importante, cada vez más los clientes exigen trabajar con proveedores que garanticen respeto a la diversidad, al medio ambiente, que hagan trabajo social y que se preocupen por la calidad de vida de su fuerza de trabajo”, indicó Zang.

 

Incluso agregó, que leyó un artículo que comentaba que Walmart no contratará más estudios de abogados que no tengan políticas de diversidad de género.   

 

Se trata de ganarse la confianza, ser eficiente y tener criterio y solucionar los problemas, ser mujer o varón deja de ser un tema, explicó Saenz.

 

“Ante una búsqueda de personal en Beretta Godoy, optamos por la mejor persona preparada para ese puesto. Las mujeres tienen mucha responsabilidad, compromiso, se han ganado un espacio”.

 

A modo de ejemplo, destacó las habilidades que éstas tienen en negociación y comunicación que resultan interesantes en el intercambio con el cliente.

 

Así, Saenz aclaró que las cosas se van dando naturalmente y destacó que hubo períodos que en el estudio hubo más mujeres que varones.

 

“Tenemos en cuenta que hay mujeres que son jóvenes tratamos de armar equipos para que puedan tener el espacio para bajarse del tren en algún momento y que el equipo pueda responder a las necesidades del cliente. Lo consideramos con toda naturalidad como una realidad”.

 

Las oportunidades de capacitación y de progreso la tienen todos, tanto  mujeres como varones. El criterio de diversidad pasa por todos.

 

La idea es que todos puedan ser socios siempre que cumplan los requisitos para serlo.

 

Nos sentimos orgullosos de ver que los abogados más jóvenes van creciendo y ocupando posiciones importantes dentro de la firma.

 

 

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