El juez norteamericano Thomas Griesa falló nuevamente en contra del Estado argentino al sentenciar que deberá pagar la suma de 678,9 millones de dólares a bonistas que reclaman por una deuda impaga desde el año 2002.

La resolución de Griesa fue adoptada en el marco de demandas colectivas presentadas bajo juicios “class action”, por parte de bonistas genuinos (no fondos buitres), quienes poseen títulos con jurisdicción en Nueva York.

Los bonistas que presentaron la demanda en cuestión, habían decidido no ingresar a ninguno de los canjes propuestos por el Gobierno argentino en 2005 y en 2010, optando por demandar al Estado argentino ante la justicia norteamericana.

Cabe señalar que la presente sentencia surge a raíz de un recálculo de otra resolución en la que el mismo juez estadounidense se pronunció contrario a Argentina, siendo importante remarcar que luego de los dos canjes del 2010, el monto en cuestión pasó de 2.200 millones de dólares a 678 millones de dólares.

Se estima que la sentencia en cuestión será apelada por los representantes del Estado argentino.